Dalai Lama
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Felicidad con los demás.
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Compasión y amor.
El amor,
la compasión y el interés por los demás son las verdaderas fuentes de
felicidad. Si las tienes, no te afectarán ni las circunstancias más incómodas.
Pero si alimentas el odio no serás feliz aunque vivas rodeado de lujos. Por
tanto, si realmente queremos felicidad, debemos ampliar la esfera del amor. Es
una cuestión tanto de pensamiento religioso como de sentido común.
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Mente es todo.
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Surge felicidad y sufrimiento.
Si lo
observas detenidamente, verás que el plan de nuestras acciones se halla dentro
de la mente. Las actitudes contraproducentes no surgen por sí solas sino por
culpa de nuestra ignorancia. También el éxito se halla dentro de nosotros. De
la disciplina, la conciencia y la comprensión clara de los efectos negativos de
la ira y los efectos positivos de la bondad surgirá la paz.
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Amor y apego.
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Fuertes diferencias.
A partir
de ahora se hace una distinción más clara entre amor y apego. Si extendemos los
sentimientos de amor e interés más allá de los límites de predisposición
establecidos, el amor se libera del contraproducente apego. Este proceso no
consiste en buscar un amor nuevo y espiritual, sino en utilizar los
sentimientos de amor familiar y aplicarlos a círculos cada vez más amplios.
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Las aflicciones son “extremos”.
¿Es
posible librarse por completo de las emociones conflictivas, o sólo es posible
contenerlas? De acuerdo con una visión budista fundamental, la mente es
esencialmente luminosa y conocedora. Por lo tanto, los problemas emocionales no
forman parte de la esencia de la mente; tales actitudes contraproducentes son
temporales y superficiales y es posible eliminarlas.
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Surge sin pasado/ futuro.
Una
técnica para identificar la naturaleza fundamental de la mente consiste en
dejar de recordar lo que sucedió en el pasado y, luego, dejar de pensar en lo
que podría suceder en el futuro. Deja que la mente fluya, sin ninguna capa de
pensamiento. Deja que la mente descanse en su estado natural y obsérvala
durante un rato.
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Mente sutil.
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Es pura y de
luz nítida.
La
naturaleza de la conciencia sutil más interna es pura. La ira, el apego y demás
emociones son periféricas y no subsisten en la mente básica. A esta mente la
llamamos mente innata fundamental de luz nítida. Y dado que hace posible la
iluminación, también se le conoce como la naturaleza de Buda. Esta mente
fundamental se halla en la raíz de todas las conciencias.
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Surgen de la
misma mente.
La
ignorancia y la sabiduría observan los mismos fenómenos, pero los perciben de
forma totalmente distinta. La sabiduría tiene un fundamento legítimo, mientras
que la ignorancia carece de él e interpreta erróneamente lo que está
observando. Aumentar la fuerza de la sabiduría debilita la ignorancia. La
sabiduría reduce la percepción errónea de la naturaleza de las personas y las
cosas hasta que la ignorancia desaparece por completo.
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Base de actos
nocivos.
La
aparición de emociones contraproducentes en nuestra mente nos lleva a cometer
actos nocivos. La mente pura por naturaleza está tapada por estas emociones y
concepciones perturbadoras. La fuerza de su engaño nos empuja a cometer actos
nocivos que nos conducen inevitablemente al sufrimiento. Debemos, con extremada
conciencia y atención, extinguir estas actitudes problemáticas del mismo modo
que las nubes concentradas se disuelven en el cielo.
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Continuidad
permanente de la mente.
Esta luz
nítida, esta naturaleza luminosa, es la raíz última de todas las mentes:
siempre indestructible, siempre inmutable como un diamante. En el budismo, este
aspecto de la mente se considera permanente en el sentido de que su continuo es
constante; siempre ha existido y siempre existirá, y por tanto no es algo que
surge por ciertas causas o condiciones.
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Amigos y enemigos.
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Todo cambia con el futuro.
Si
miramos hacia el futuro, no existe ninguna razón para pensar que un enemigo tenga
forzosamente que seguir siendo un enemigo y que un amigo tenga forzosamente que
seguir siendo un amigo. Los amigos, los enemigos y las personas neutrales son
iguales porque pueden pasar de un papel a otro.
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Fundamento biológico.
Todo el
mundo, religioso o no, puede entender por experiencia y por sentido común que
el cariño tiene una importancia fundamental desde que nacemos; es la base de la
vida. La supervivencia de nuestro cuerpo necesita del cariño de otras personas,
a las cuales respondemos también con cariño. Pese a estar mezclado con el
apego, este cariño no se basa en la atracción física o sexual. Aunque esta
clase de amor es parcial, podemos extenderlo a todos los seres sintientes,
volviéndolo así imparcial. He aquí lo que significa expandir el amor.
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Bondad de todos.
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Somos su ayuda.
Para
aumentar tu gratitud hacia todas las personas es útil reflexionar sobre la
bondad involuntaria de quienes proporcionan bienes y servicios sin conocer
necesariamente los nombres o las caras de las personas a las que sirven.
Vivimos dependiendo de personas que no
tienen un motivo en particular para ayudarnos.
- Enemigo
objeto de paciencia.
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Sólo enseña tolerancia.
Sin
enemigos no podrás dedicarte plenamente a la práctica de la paciencia y la
tolerancia. Necesitamos enemigos y deberíamos estarles agradecidos. Visto desde
la práctica del altruismo, el enemigo pasa a ser tu gurú; únicamente un enemigo
puede enseñarte la tolerancia. Un enemigo es el mejor maestro del altruismo, y
por esa razón deberíamos respetarlo en lugar de odiarlo.
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Estados emocionales negativos.
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No son natural de la mente.
Si la
ira –el deseo de hacer daño- estuviera en la verdadera naturaleza de esa
persona, sería imposible modificarla, pero, como ya hemos visto, el odio no
forma parte de la naturaleza de las personas. Y aunque odiar formara parte de
la naturaleza de las personas, del mismo modo que no podemos enfadarnos con el
fuego por quemarnos la mano (está en la naturaleza del fuego quemar), no
deberíamos enfadarnos con una persona que está expresando su naturaleza.
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Corresponder bondad.
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Apoyo a la compasión.
Una vez
que hayas practicado detenidamente los pasos anteriores, y por tanto reconozcas
a todos los seres como amigos y cuidadores a lo largo de un continuo de vidas y
agradezcas su bondad deliberada e involuntaria, sentirás que debes corresponder a esa bondad.
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Cuerpo y mente.
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Enriquecer la mente.
Incluso
siendo afortunados, no es probable que nuestro cuerpo aguante más de cien años.
El cuerpo no puede pasar a otra vida. Su finitud indica que cualidades físicas
como la fuerza y la agilidad son limitadas. Por tanto, es importante trabajar
en aquellas cualidades ilimitadas que resultarán valiosas en otras vidas.
Desarrolladas a través de la contemplación
mental, estas actitudes refinadas también enriquecerán nuestra vida
actual.
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Placer doloroso.
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El exceso de…
El dolor
del cambio es mucho más difícil de reconocer. El simple hecho de que la mayoría
de los placeres comunes se transformen en dolor cuando se abusa de ellos
demuestra que tales placeres pasajeros tienen una naturaleza dolorosa
subyacente. Por ejemplo, si una buena comida tuviera realmente una naturaleza
interna placentera, cuanto más comiéramos más felices nos sentiríamos. Sin
embargo, cuando comemos demasiado, por muy exquisita que sea la comida,
sufrimos. Es difícil pensar en una experiencia placentera que, llevada al
exceso, no produzca dolor.
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3º tipo de sufrimiento.
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Karma y emociones.
Llamado
“condicionamiento dominante”, se refiere a que nuestra mente y nuestro cuerpo
no funcionan enteramente bajo su propio control, sino bajo la influencia del
karma (tendencias creadas por acciones pasadas) y de emociones como el deseo y
el odio. En la vida cotidiana, nacemos de y en la influencia dominante del
karma y las emociones contraproducentes. Incluso cuando pensamos que no estamos
sintiendo nada, nos hallamos bajo la influencia de causas y condiciones que
escapan a nuestro control, atrapados en un ciclo que es propenso al
sufrimiento.
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Amor con apego.
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No se extiende al enemigo.
Dado que
ese amor y esa compasión se hallan bajo el influjo del apego, no es posible
extenderlos a los enemigos y quedan limitados a los amigos –cónyuge, hijos,
padres y demás--. Pero si tu amor y tu compasión nacen de un reconocimiento
claro de la importancia y los derechos de los demás seres, alcanzarán incluso a
quienes te perjudican.
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Suprimir amor de apego.
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Aceptar la impermanencia.
La mejor
manera de superar lo apegos contraproducentes es comprender que forma parte de
la naturaleza de la vida que lo que se ha reunido al final se disperse: padres,
hijos, hermanos, hermanas y amigos. Por mucho que dos amigos se quieran, un día
tendrán que separarse. El error está en ver estas situaciones como
inherentemente placenteras. El apego se crea a partir de esta percepción
errónea y siempre causará más dolor.
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Apego como corriente.
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Base de actos perturbadores.
Si la
persona o el objeto te parece agradable, se producen dos poderosas corrientes
de atracción: el apego a ti mismo y el apego a la persona o al objeto
agradable. Tu apego al sentimiento de placer te arrastra hacia actos
perturbadores y, de ese modo, a problemas cíclicos. Mientras niegues la
verdadera naturaleza de las personas y las cosas, creerás que éstas existen de
forma inherente. No pasará mucho tiempo antes de que el deseo y el odio hagan
acto de presencia.
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Ocho intereses mundanos.
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Nueva clasificación.
El
procedimiento general de una vida mundana estrecha de miras se resume en las
llamadas “ocho preocupaciones mundanas”:
Agrado/desagrado
Ganancia/pérdida
Elogio/culpa
Fama/vergüenza
El
estilo de vida mundano consiste en apenarse cuando las cuatro preocupaciones
desfavorables –desagrado, pérdida, culpa y vergüenza— os suceden a ti o a tus
amigos y alegrarse cuando les suceden a tus enemigos.
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Apego a la vida.
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Base del odio y deseo.
Una de
las principales razones de que surjan el deseo y el odio es que estamos
demasiado apegados a esta vida. Queremos creer que es permanente, que durará
siempre, de modo que nos concentramos excesivamente en circunstancias
temporales y atribuimos demasiado valor a las cosas materiales. La única manera
de evitarlo es pensar que todo perece y que tú también perecerás.
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Felicidad física y mental.
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Progreso material y espiritual.
Existen
diferentes niveles de felicidad y diferentes tipos de sufrimiento. Las cosas
materiales generalmente se corresponden con la felicidad física, mientras que
el desarrollo espiritual se corresponde con la felicidad mental. Dado que
nuestro “yo” tiene ambos aspectos –el físico y el mental—necesitamos la
combinación de progreso material y progreso interior o espiritual. Encontrar el
equilibrio entre ambos es fundamental para utilizar el progreso material y el
desarrollo espiritual en beneficio de la humanidad.
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Compasión: definición.
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Aliviar el dolor de los demás.
La
compasión es, junto con el amor, la cara del altruismo. Es sentir, desde lo más
hondo del corazón, que no soportas el sufrimiento de los demás y tienes que
hacer algo para aliviarlo. Cuando la compasión crece, también lo hace tu
predisposición a comprometerte con el bienestar de todos los seres, aunque
tengas que hacerlo solo. Es un servicio desinteresado hacia todos los seres,
sean cuales sean sus inclinaciones.
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Meta expansiva.
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Tres primeros pasos.
En
anteriores meditaciones desarrollaste la intimidad con otros seres. Primero
reconociste que tanto tú como ellos queréis ser felices y no queréis sufrir;
luego aprendiste que a lo largo del continuo de vida todo el mundo ha sido tu
mejor amigo y te ha ayudado con agrado; finalmente, viste que forma parte de la
naturaleza de la sociedad que otros presten servicios que necesitas, ya sea
intencionadamente o no.
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Controlar la vida.
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No alimentar mente negativa.
Por
ejemplo, si expresas tu ira, es posible que mañana sientas más ira, mientras
que si intentas minimizarla, perderá fuerza. La propia experiencia personal nos
lo demuestra. Dar a la ira el instrumento de la palabra y la acción es como dar
a un niño un puñado de paja y una caja de cerillos. Una vez encendida, la ira
se alimenta del aire y puede rugir descontroladamente. La única alternativa es
controlarla, y la forma de hacerlo es pensando: ¿Qué valor tiene la ira? ¿Qué
valor tienen la tolerancia y la compasión?
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Gran compasión.
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Mente y la iluminación.
La causa
que favorece que asumas esta responsabilidad es tu anterior cultivo del amor y
la compasión; la condición favorable es haber comprendido que todos tenemos la
naturaleza de Buda, que las emociones dañinas que moran en la mente de todos
los seres no forman parte de la naturaleza de la mente y, por tanto, pueden
eliminarse. Como ya hemos visto, es posible separar de la mente las emociones
conflictivas, lo que significa que es posible alcanzar la iluminación.
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Bases del Bodhisattva.
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Último paso de amor y compasión.
La
fuerte actitud altruista de prometer buscar el estado Buda por el bien de otros
se basa en la decisión desinteresada de asumir la responsabilidad del bienestar
de los demás seres sintientes. Esta decisión nace, a su vez, de una compasión y
un amor tan grandes que no soportas ver sufrir a los demás ni vivir sabiendo
que están oprimidos por condiciones internas indeseables que generan dolor y
limitación.
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Mérito ilimitado.
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Amor a todos los seres.
Al
realizar tus acciones positivas pensando no sólo en ti y en las personas más
cercanas, sino en todos y cada uno de los seres de todo el espacio, el efecto
transformador de estas acciones se multiplica por el ilimitado número de seres
que constituyen tu campo de atención. Así, el amor se convierte en ingrediente
y causa indispensables de la iluminación plena.
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Tres formas de dar.
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Base real de la generosidad.
Hay tres
formas de dar:
1.
Donar cosas materiales como dinero, ropa
y comida; hacer regalos a los pobres y los enfermos y donaciones para educación
y asistencia sanitaria.
2.
Impartir enseñanzas sobre prácticas
espirituales y ocupaciones beneficiosas, como la medicina, y alentar una
conducta ética.
3.
Dar alivio en situaciones peligrosas
protegiendo a los seres de ladrones, gobiernos injustos, animales fieros, inundaciones,
incendios y demás. Esto incluye a los animales; incluso ayudar a un insecto a
salir de un charco.