"... y
le conté la tristeza que tuve al separarnos..."
La soledad en las cumbres andinas
y quebradas circundantes, con el frio el tenue aire seco y el viento sibilante,
el paisaje las pajitas y otras plantitas de altura, es una sensación que
atenaza el alma que te hace conocer el término insignificante sin
preguntártelo. Pero ello no es sino el inicio del periplo, si acaso no viviste
una noche en estos lugares bajo un cielo estrellado, donde la tierra el
silencio y las estrellas se hacen infinitos... Y, como corolario, el amanecer y
la salida del sol... te dejan alelado, absorto, ante una página en blanco que
tú escribirás…
Igualmente, la infinitud de la
pampa argentina, sus bosques, llanos, cadenas montañosas y muy diversa
vegetación que, si tienes el privilegio de disfrutar también en sus matices por
las noches y al amanecer... es un todo que constituye un espectáculo
maravilloso donde las palabras quedan cortas siquiera para intentar
describirlo...
"Cada
vez que tengo en mis manos un texto tuyo me recuerda las bellas cartas que me
escribías allá lejos y hace tiempo..."
Córdoba, Tucumán, Salta, Jujuy,
San José de los Pocitos, Yacuiba, Tarija, Potosí, Oruro, El Alto, La Paz,
Desaguadero, El Titicaca, Puno, Juliaca, Arequipa y Lima, fue la ruta que te
alejó de mi... En realidad partía lleno de sueños y esperanzas, con la
convicción profunda de volver a ti la elegida para compartir la aventura de la
vida… y cómo la habría disfrutado, mirándote a los ojos cada nuevo amanecer,
viviendo tus palabras risas y sonrisas en un mundo solo nuestro edificando el
amor sólido e inquebrantable… Sin embargo hubo otros designios, donde los
sueños y esperanzas tienen un modo de caerse, quizás abismos del alma donde el
existir roto cual copa de frágil cristal no encuentra rumbos. Y, casi todo se
deshizo por la fatal falta de decisión de no saber asumir un lapso de dos años
que caprichosamente
el destino puso de por medio… Luego, sólo
quedaban recuerdos, ideales truncados, remembranzas del ayer que evidenciaban
una promesa rota. Es posible, no sé por qué razón, que dudara de ti, que
creyera que nunca esperarías ese tiempo y dos años… tan cortos… los intuía como
una eternidad... Hasta en un momento pensé que te amaría más, que el amor
llegaría a su clímax si te perdía y te amaba en silencio. (Nunca dejé de
amarte, no te pido nada porque todo me lo diste… Perdóname).
Lo demás… fueron solo
consecuencias, así fueran vividas con dedicación, intensidad y pasión… acaso
una vida en un mundo paralelo…
Rosario, Pueblo Esther, Arroyo
Seco, San Nicolás Pergamino, Fisherton, Casilda, Cañada de Gómez, San Justo,
Victoria, Esquina, Paraná, Jobson, Vera, Nogoya, Curuzú Cuatiá, Mercedes, Santo
Tomé, Villaguay, Posadas, Encarnación, Oberá, Cataratas del Iguazú, Foz do
Iguacú, los Esteros del Iberá, Humahuaca, el Valle de la Luna, Mendoza (con San
Martín, Lavalle, Tupungato, Tunuyán, Luján de Cuyo y Maipú); San Luis y sus
enormes llanuras secas que hoy son aptas para la agricultura y siembra de soja
gracias a una lluvia que nunca antes se daba, Villa Mercedes, Río Segundo,
Córdoba, Río Cuarto, Villa María, Marcos Juárez, Neuquén; y lo que no conocí:
San Carlos de Bariloche, El Calafate, Glaciar Perito Moreno, Ushuaia, es todo
lo que te acerca a mí... porque no fueron lugares o pueblos inertes, fue calor
dulzura personas ternuras emociones sentimientos que construyeron mi amor por
ti, porque nunca te idealicé y más bien te encontré en cada pueblo entorno pago
o lugar que visité, en el río campo bosque arroyo bañado desierto donde estuve,
en el viento la lluvia la brisa el aire que viví, porque contigo anduve por
pampas valles y quebradas, todo lo que me hizo amarte para jamás olvidarte
porque te tengo en las entrañas y vives en mí.
"...mis
ojos no pueden dejar de humedecerse, mi corazón palpita aceleradamente..."
De algún modo somos..., tú la
generosa y fértil pampa argentina con sus variopintos y espectaculares paisajes
y, yo la agreste topografía que muestra el suelo peruano, la peculiar
orografía, la costa y sus ríos intermitentes y caudalosos y, la vasta e
intrincada Amazonía... ("Dejar que el amor sea lo que debe ser: la savia
del árbol, las alas del alma, el color del agua, las estrellas en el fondo de
los ojos, la locura en el pensamiento, el calor de la piel... Dejar que el amor
sea suficiente").
"...te
recordé todo el día con mucho cariño y alegría, te lo había prometido..."
Te decía que la cotidianeidad
nunca volvería a ser la misma... (“Estuve todo el tiempo extasiado con tu
presencia, relato, apreciaciones, comentarios. No hiciste ningún reproche y a
tus ojos asomó una lágrima que no merezco…”). Con tus palabras has creado un
mundo nuevo… estaba en la oscuridad… me has tendido la mano… cual regalo me das
tu mirada, compartes tus penas y alegrías y, en breves palabras, me rescatas
del olvido. -¿Cuánto te quiero? –Pienso que tú eres lo mejor que me ha
sucedido, lo que da significado a mi vida, porque los breves momentos que viví
contigo fueron eternos…, y hoy, más que
nunca, son parte vívida de mi existencia…: la primera vez que te vi y me
quedé sin aliento pues me deslumbraste, los paseos en moto…, tu pueblo natal,
el atrevimiento de tomar tu mano y el tuyo de corresponderlo, las fotos…,
cuando en Fisherton me acompañaste en el Piper Colt… el primer beso…, el Parque
Independencia… las fotos que en slides conservé 45 años… el restaurante La
Querencia… y otros que omito como a las personas con quienes gratamente
compartimos y que no es el caso mencionar. Cuántos lugares, que tu presencia
hizo hermosos… cuántas palabras nacieron de este amor y crearon un mundo de
significados… cuántas promesas y ternuras que nunca han de morir y vivirán
siempre. -(“Mañanitas dormidas, puertos de ausencia te hacen llorar; lágrimas
de amargura que el tiempo nuevo sabrá borrar”)-. Porque tus palabras… toda tú…
haces que los dos estemos en un punto donde confluyen todos los puntos, -el
Aleph de Borges-, y podamos vislumbrar y comprender todo un pasado que es
presente y es futuro. Y, por qué no decirlo, me hace sentir en el umbral del
universo….
"...yo
no te olvido, un beso..."
Querida mía, hoy sé que nos
atreveremos a fluir en el río de la vida, en el sentido de la existencia,
transitaremos por la incertidumbre y aceptaremos los cambios y misterios de
este devenir...
Cómo olvidar, dulce mujer hermosa,
tu presencia física… tus ojos… tus labios… tu rostro… tus manos; cómo olvidar
tus palabras… tus gestos y ademanes, tu suave andar, tus risas y sonrisas; cómo
olvidar tu esencia… tu alma y corazón que se hacían trasparentes en cada
instante; cómo olvidar las caricias… tu aroma… los besos y embelesos… si tú
vives en mí…
Carlos