Cavilaciones

Reflexiones desde el establo, al lado del ordeñadero, desde la irrigación con la mejor tecnología del mundo y que se maneja antitécnicamente.
Desde el dolor, las heridas pero, también desde la esperanza. Pues nada está mal ubicado, somos nosotros quienes nos colocamos mal, con la luz a un costado cuando debiéramos presentirla y tenerla al frente iluminándonos con corrección.
Creemos que la mente nos juega pasadas y, somos nosotros quienes torturamos esa mente. La atacamos con ficciones, vivimos la irrealidad y de ésta sufrimos frustraciones. Este todo, como si fuera una praxis lo trasladamos al mundo real y nos dolemos y sufrimos y todavía a su entorno intentamos construir el mundo para todos como si ignoráramos que es mundo para nadie.
Soñé que quien deseo asuma una conducta responsable me decía haberse dedicado a la obra de Dios; y, en ese sueño le preguntaba: ¿A qué Dios?, como si lo ignorara haciendo broma de lo que es serio.
Escuché el llamado de los míos y quizá, lleno de desconfianza, busqué para no encontrar nada en medio de la noche; es decir, sentí lo inexistente.
Curiosas actitudes las del ser humano que vislumbrando el camino lo recorre por donde no existe...