Un Hombre

Mi búsqueda no es sencilla: he encontrado a mi paso amigos, amantes, enemigos, conocidos, científicos, intelectuales, pacifistas, anarquistas, pero aún continúo con mi pesquisa.
Porque lo que yo deseo es solamente un hombre. Un hombre tan seguro de si que no tema mi propia realización como mujer, que jamás me considere su rival en ningún aspecto, sino que sea para mí como yo para él eternos compañeros.
Un hombre que no tema a la ternura, que se atreva a ser débil cuando necesita detenerse a recobrar fuerzas para la lucha abierta. Que no piense que al amarlo lo derroto, que al amarme me aniquila.
Un hombre que me proteja de los demás y de misma, que conozca mis errores, los acepte y me ayude a corregirlos.
Un hombre: que con cada amanecer me ofrezca una ilusión, que alimente lo nuestro con amor, con delicadeza; para quien una flor entregada con un beso, tenga más valor que una joya entregada con un mensajero.
Un hombre con el que pueda hablar, que jamás corte el puente a la comunicación y ante quien me atreva a decir lo que pienso, sin temor de que juzgue o se ofenda y que sea capaz de decírmelo todo, inclusive que "no me ama".
Un hombre que tenga siempre los brazos extendidos para que me refugie en ellos y no me sienta amenazada o insegura, que conozca su fortaleza y mi debilidad pero que jamás se aproveche de ella.
Un hombre que tenga abiertos los ojos a la belleza, a quien ilumine el entusismo y me ame intensamente en la vida, para quien cada día sea un regalo inapreciable que hay que vivir plenamente, aceptando el dolor y la alegría con igual serenidad.
Un hombre que sepa ser siempre más fuerte que los obstáculos, que jamás se amilane ante la derrota y para quien los contratiempos sean más estímulo que adversidad, para que esté tan seguro de su poder que no sienta la necesidad de demostrarlo a cada minuto con empresas arriesgadas y absurdas sólo para probarlo.
Un hombre que no sea egoísta, que no pida lo que no ha merecido, pero que siempre haga esfuerzos por tener lo mejor, porque lo ha ganado; un hombre que goce dando y que sepa recibir.
Un hombre que se respete a si mismo, porque asi sabrá respetar a los demás, que no recurra jamás a la burla y a la ofensa que más rebaja a quien la hace que a quien la recibe.
Un hombre que no tenga miedo de amar ni que se envanezca porque es amado; que goce cada minuto del amor como si fuera el último. Y no viva esperando el mañana porque tal vez jamás llegue...
Cuando lo encuentre lo amaré intensamente.